SOMOS CHISPAS DIVINAS DE ENERGÍA EN UN CUERPO FÍSICO
La esencia de nuestro SER es el AMOR, en su más íntegro y puro significado. No podrás realmente encontrar en ningún idioma escrito o hablado el verdadero significado en su total amplitud, solo lograrás saber este amplio e íntegro significado en TU CORAZÓN, pues él, es la llave del amor.
En palabras quizás y solo quizás se acerque este leve pensamiento que aquí y ahora siento….
El Amor no es algo que puedas coger o tocar físicamente.
Hay quienes dicen que el amor es un sentimiento, algo que yo no pongo en duda, en absoluto. Pero creo que es mucho más que un sentimiento.
Para mi el amor, es una energía, con el mayor patrón vibratorio que existe en el universo y la cual podemos sentir, incluso podemos podemos hacer de ella un modo de vivir. Hay quien dice que ampliando nuestra consciencia se llega a ese patrón vibracional, humildemente añadiría que este patrón vibratorio ayuda realmente a expandir nuestra consciencia, nuestro Alma. Nos ayuda a comprender todo aquello que con nuestros sentidos físicos nuestro cerebro no es capaz de discernir.
Esta energía, el amor, tiene muchas escalas u octavas, a través de las cuales iremos escalando, aumentando nuestra frecuencia vibracional, hasta llegar a la octava: el amor en su más alta, íntegra, verdadera y plena vibración. Aunque realmente no se trata de acercarnos a ella sino de reconocerla en nosotros, pues nuestra alma, no es otra cosa que amor, en su más pura esencia y por tanto vibra en este patrón vibratorio.
“Somos como capas de cebolla que nos vamos deshojando, a medida que miramos hacia dentro, hasta llegar a nuestro alma, que es en realidad lo que somos, quienes somos, nuestra esencia infinita, una chispa del TODO, que es AMOR, llegando en este punto, a vibrar en la mayor frecuencia vibratoria que existe en el Universo El Amor.”
Si miramos a nuestro alrededor y silenciamos la mente lo suficiente, como para estar a solas con nosotros mismos, simplemente sintiendo nuestro cuerpo, nuestra energía, conectando con la naturaleza, con el agua, con el viento, con la Tierra, el suelo que pisamos descalzos pues cuando conectamos los centros energéticos que tenemos en nuestros pies con la Tierra recibimos energía de sanacion de la madre Tierra, cuando seamos capaces de sentir, simplemente sentir, los movimientos de las ramas de los árboles, sentir cómo se comunican los animales entre ellos, cuando llegamos a ver en el otro una ampliación de nuestra energía, una parte de nosotros, pues nosotros somos parte de un TODO, por tanto los otros son parte del mismo TODO y ello hace que todos seamos la misma energía viviendo realidades distintas, cuya existencias aportan a este TODO, todo aquellos que somos y podemos ser, en este punto de entendimiento, de pensamiento, de consciencia expandida, empezamos a entrar en el patrón vibratorio del amor.
Si le hacemos entender a nuestro Ego aquí y ahora, que somos y que queremos, en este mismo momento presente, conectándolo con algo que nos apasione, que nos motive al máximo, que nos lleve al servicio a la ayuda, hacia los demás, por un bien común, entendiendo que el mayor amor viene de mí hacia mi, para desde ese amor darlo de mí hacia los demás, podremos empezar a vibrar en la frecuencia de la COMPASIÓN.
La verdadera compasión, no trata de lástima, ni de pena, trata de actuar CON-PASIÓN, de ayudar a otros seres vivos, de realizar nuestra vida CON PASIÓN, disfrutando cada instante, cada aquí y ahora, de lo que hacemos. Ello nos llevará a vivir con felicidad por experiencias de vida y será un camino hacia el amor.
Cuando actuamos con verdadera compasión, sin ninguna expectativa, más allá que vivir apasionadamente lo que hacemos, como una experiencia, aparecerá en nuestras vidas un nuevo patrón vibratorio LA GRATITUD., por todo aquello que vivimos, por todo lo que tenemos, por todo lo que recibimos, por todo lo que podemos dar, en esencia: POR VIVIR!!!!!.
Estamos hablando de expandir nuestra consciencia, de sentir lo que es nuestro Alma, de abrir nuestro corazón, la puerta para conectar con nuestro SER DIVINO, nuestro SER SUPERIOR.
Cuando actuamos con pasión, COMPASIÓN, y entramos en ser lo que realmente somos, por tanto compasivos y agradecidos, por ende aparecerá en nuestras vidas la felicidad del momento presente, al que llegamos por nuestras experiencias de vida, se genera un nuevo patrón vibratorio en nosotros, de querer hacer el bien a los demás, de compartir lo que tenemos, actuando siempre desde la comprensión y el respeto, con benevolencia: LA BONDAD, que a su vez es una de las cualidades que mejor reflejan la esencia humana.
Por supuesto cuando escalamos en esta octava de patrón vibratorio con compasión, gratitud y bondad, el mundo ante nosotros se ve de otra perspectiva, aparece otra realidad y está en sí misma, nos permite eliminar los juicios de valor, las críticas, la Maldad, desaparecen los miedos y aparece LA VALENTÍA, se fortalece la EMPATÍA, lo que nos permite ponernos en el lugar del otro, entenderlos, apoyarlos, ayudarlos y empezamos a practicar el verdadero PERDÓN, pues entendemos que no hay nada que perdonar, pues cada uno de nosotros hacemos todo lo que hacemos de la mejor manera que cada uno podemos hacerlo en función de la educación que hemos recibido, nuestros aprendizajes, nuestro dolor experimentado, nuestras alegrias, nuestras creencias, nuestras carencias, nuestras habilidades, nuestras vivencias personales, etc., que todo los errores que cometemos proviene de la Ignorancia, la ignorancia del no saber , Del no conocer, de la no expansión y este perdón ocurre aquí y ahora, nos identifica con los otros, y entonces esta expansión nos muestra LA UNIDAD.
Por tanto desde la COMPASIÓN, LA ALEGRÍA, LA GRATITUD, LA BONDAD, LA FELICIDAD, LA EMPATÍA, EL CONOCIMIENTO, LA SABIDURÍA de saber que y quienes somos, y EL PERDÓN, logramos llevar a la UNIDAD DEL SER HUMANO CON EL TODO Y EL TODO CON NOSOTROS y ello nos lleva directamente a casa, a nuestro alma, a nuestra Esencia: AL AMOR.
Gracias por vuestro tiempo, bendiciones
Guillermo Benitez Rolo
Chamanismo Ancestral – Coaching emocional – transpersonal